Para cuando muchos pacientes llegan a las puertas delanteras del hospital Fundación Ruth Paz, han viajado por horas, a veces días.
El hospital, ubicado en San Pedro Sula, Honduras, es uno de los únicos centros en el país que ofrece atención especializada de alta calidad para niños. La mayoría de los servicios se ofrecen de forma gratuita o con muy reducido costo, según la necesidad. El hospital abrió por primera vez como un centro de quemados para niños, pero luego se abrió a todos.
De lunes a viernes, las clínicas de la fundación están llenas de personas que esperan que se las evalúe, en su mayoría niños, pero también adultos.
El hospital atiende a niños que sufren quemaduras de primer y segundo grado. Al paciente con quemadura de tercer grado se lo envía en ambulancia aérea a algún hospital en los Estados Unidos y la Fundación Ruth Paz paga los costos para ese paciente y un miembro de la familia. El hospital ha podido enviar a 737 personas a los Estados Unidos para que recibieran atención médica desde 2003 y el centro proporciona a los pacientes medicamentos gratuitos.
Eso es importante para muchos en Honduras, donde una lesión física o una enfermedad debilitante no solo afecta el cuerpo, sino que también puede tener un impacto económico catastrófico en toda la familia.
“La necesidad de atención médica es tan grande que las personas hacen todo lo posible para llegar a nuestros centros médicos”, afirma Amanda Restrepo, vocera del hospital Fundación Ruth Paz. “Esta atención médica no se puede encontrar en los hospitales públicos”.
En el caso de Franklin López, de 19 años, surgieron estas dificultades cuando ingresó en el hospital Ruth Paz en octubre pasado.
López se quebró el fémur en un accidente de motocicleta y pasó 21 días agotadores languideciendo sin el cuidado apropiado. Fue entonces cuando su madre tomó la decisión de llevarlo a Ruth Paz.
Un accidente como ese no solo es físicamente traumático para pacientes como López, sino que también puede tener un gran impacto económico.
Dos días después de su cirugía, recibió el alta médica. Con su salud física tratada, su familia enfrentó un nuevo dilema: cómo regresar a su hogar, que se encuentra a unas 60 millas del hospital.
Tomar un autobús sería demasiado doloroso para viajar con un fémur recién arreglado. El costo de un automóvil privado, $160, era demasiado para que lo considerara la familia.
Finalmente, llegaron a casa compartiendo un automóvil con la familia de otro paciente que salió del hospital casi al mismo tiempo.
Cerca de un tercio de los pacientes atendidos en Ruth Paz son de afuera de San Pedro Sula, donde se encuentran el hospital y la clínica de la Fundación Ruth Paz. Desde que abrió el hospital, más de 270 000 personas han recibido atención médica.
Encontrar el dinero para llegar al hospital es un desafío constante para las familias que buscan atención médica para sus hijos.
Si un paciente viene de más lejos, “a menudo toman dos o tres autobuses y un taxi para llegar a nuestros centros”, dijo Restrepo.
Si un paciente tiene un hueso roto, un problema cardíaco o escoliosis, es posible que deba alquilar un automóvil privado, lo cual será costoso. “Los pacientes provenientes de islas, como Roatan, deben tomar un ferri primero hasta la ciudad de La Ceiba, luego un autobús directo hasta San Pedro Sula y después un taxi hasta nuestros centros”, contó Restrepo.
La fundación puede cubrir los gastos de viaje de algunos pacientes, según la necesidad.
“Atendemos a pacientes de todas las regiones, incluidas las regiones de las Islas de la Bahía del país”, dijo Restrepo.
Desde 2013, Direct Relief ha proporcionado al hospital Ruth Paz más de $21 millones en medicamentos y suministros médicos.