Después del huracán María, el Hospital Regional de Bayamón de Puerto Rico, severamente dañado, luchó por reconstruirse.
Los daños críticos a la infraestructura del hospital, causados por fugas y vidrios rotos, dejó al cuarto piso como pérdida total. Hasta el día de hoy, FEMA continúa evaluando partes del hospital, generalmente conocido como HURRA.
Cuando comenzó la reconstrucción, los líderes de HURRA estaban enfocados en preparaciones para tormentas futuras, no una pandemia. Pero cuando golpeó Covid-19, el hospital, uno de los tres pertenecientes al Departamento de Salud de Puerto Rico, estaba preparado para el golpe.
Mientras Direct Relief continúa protegiendo a los trabajadores de primera línea durante la pandemia global al proporcionar equipos de protección individual (EPI) y otros suministros vitales, la organización sigue enfocada en reforzar el sistema de atención médica de Puerto Rico, fortaleciéndolo a largo plazo.
Al mismo tiempo que mejoran la infraestructura, la organización ha proporcionado equipos médicos esenciales, que incluye videolaringoscopios, máquinas portátiles de rayos X, ventiladores y otros equipos al hospital HURRA, así como al Centro de Trauma de Puerto Rico y al Hospital Universitario Pediátrico.
CASOS CRÍTICOS
El hospital HURRA, como instalación pública, ya atendía a los pacientes independientemente de si podían pagar, tenían seguro o estaban documentados.
Cuando apareció Covid-19, el hospital se designó como una instalación de apoyo, una que recibiría pacientes en caso de que otros hospitales se saturaran. Pero los centros de diagnóstico y tratamiento cercanos, que no tienen las instalaciones para hospitalizar a los pacientes, rápidamente comenzaron a enviarles pacientes.
Durante los últimos siete meses, las salas de aislamiento de HURRA han permanecido casi llenas. En mayo, durante un aumento en los casos, incluso tuvieron que desviar a los pacientes a otros hospitales.
Para tratar con el flujo entrante de pacientes, el hospital adquirió nuevo equipo médico para lo que, antes de la pandemia, eran salas de aislamiento en gran parte sin uso, equipándolas con ventiladores y otros equipos. Para los pacientes con enfermedad renal, agregaron estaciones de diálisis a las habitaciones.
Incluso siete meses de que comenzara pandemia, las guías de tratamiento cambian continuamente, dijo Giselle Van Derdys, directora ejecutiva del HURRA. Sin embargo, Covid-19 les ha brindado la oportunidad de adquirir equipos que no tenían, lo que les permite brindar una mejor atención a los pacientes.
El tratamiento de la enfermedad ha hecho gran impacto, dijo Van Derdys. «El miedo y la incertidumbre que genera esta pandemia se refleja en los empleados», dijo. El EPI fue particularmente difícil de conseguir en los primeros días de Covid-19.
“TRAUMA Y COVID”
El Centro de Trauma de Puerto Rico, parte del Centro Médico en San Juan, se utiliza para tratar casos críticos. Diariamente, ven a las víctimas de accidentes, tiroteos y apuñalamientos.
Hasta ahora han tenido suerte. El centro resistió el embate del huracán María, y los terremotos que han sacudido el suroeste de Puerto Rico están afortunadamente lejanos, aunque al Dr. Pablo Rodríguez Ortiz, director del Centro de Trauma y cirujano, le preocupa que el Centro Médico no pueda resistir un terremoto más grande.
Pero Covid-19 es otro asunto.
“Durante los primeros meses [de la pandemia], me sentí orgulloso de decir que no teníamos ningún caso”, dijo Rodríguez Ortiz.
El Dr. Rodríguez Ortiz vio el centro de trauma como una forma de juzgar la situación más amplia de Covid-19 en la isla. “Al recibir gente de todas partes [de la isla], pudimos obtener una idea de lo que estaba pasando”, dijo.
Pero mientras las salas de emergencia atendían a pacientes con síntomas exacerbados de la enfermedad, tal como dificultad para respirar, el Centro de Trauma se ocupaba principalmente de las lesiones físicas, no de los casos graves de Covid-19. Rápidamente se dieron cuenta de que, para mantener seguros a sus empleados, tendrían que hacer pruebas a todos los pacientes que llegaran.
“Todos los pacientes son positivos para Covid hasta que se demuestre lo contrario”, dijo el Dr. Rodríguez Ortiz. “Los pacientes llegan con trauma y Covid. Eso significa que el número de infecciones ha aumentado” a medida que los pacientes asintomáticos se presentan con lesiones físicas.
UNA HISTORIA DE AYUDA
En los tres años transcurridos desde que el huracán María devastó Puerto Rico, Direct Relief ha proporcionado más de $100 millones en recaudamiento de fondos y ayuda financiera a la isla, en estrecha colaboración con la compañía farmacéutica AbbVie.
El apoyo de la organización ha variado ampliamente. Los centros de salud que atienden a los más vulnerables de Puerto Rico han recibido instalaciones solares que les permitirán mantener sus puertas abiertas durante futuras tormentas y unidades móviles para ayudarlos a llegar a las comunidades remotas de la isla, incluso si las carreteras están dañadas. Se organizaron paquetes de preparación para huracanes y se distribuyeron mochilas de emergencia en toda la isla.
Los refrigeradores y congeladores de vacunas han ampliado enormemente la capacidad de almacenamiento en frío de la isla. Se han construido pozos en comunidades remotas, proporcionando una fuente confiable de agua limpia incluso durante tormentas sucesivas.
Direct Relief también recaudo fondos para una variedad de programas en la isla que tratan problemas de salud mental y trastornos por uso de sustancias ilícitas, los cuales aumentaron a raíz del huracán María.
Más recientemente, la organización ha proporcionado EPI, equipo de quirófano y de emergencia, ventiladores y máquinas de rayos X para los pacientes que reciben tratamiento por Covid-19.
“UN INSTRUMENTO VITAL”
“Direct Relief … nos ha ayudado mucho … Hemos podido proporcionar EPI a nuestros empleados y algunos pacientes”, dijo Van Derdys. Además, los monitores hemodinámicos y los analizadores gasométricos de sangre han permitido una detección más rápida del estado de un paciente y proporcionan un tratamiento más preciso.
El Dr. Rodríguez Ortiz dijo que los video-laringoscopios eran “asombrosos” y explicó que el Centro de Trauma no tenía acceso a ellos antes de la donación de Direct Relief. Ahora el dispositivo es “parte de nuestra estrategia de intubación de pacientes debido a Covid, o en mi caso, debido a un trauma”, dijo. “Ha sido un instrumento vital” para intubaciones de alto riesgo. Tanto Van Derdys como el Dr. Rodríguez Ortiz esperan que los casos de Covid-19 aumenten en los próximos meses.
Pero ambos dijeron que el EPI y el equipo proporcionado por Direct Relief los ayudaría a sobrellevar esta nueva tormenta, y los haría más resistentes y capaces de ayudar a los pacientes en el futuro.